
En el artículo anterior hemos visto que para rentabilizar nuestros ahorros hay que adaptarse a la situación económica real que vivimos. Algunas personas que no se manejan en el mundo financiero, con muy buen criterio, prefieren que alguien de confianza les asesore sobre cómo gestionar sus ahorros o capital. Por eso, me gustaría detenerme en la figura del asesor financiero.
Buscando profesional, un asesor financiero
Una figura desconocida para el ahorrador medio es la del asesor financiero. Éste es un profesional que se dedica a aportar caminos o soluciones financieras personalizadas a sus clientes, un especialista que asesora, que interviene en las transacciones como representante del particular y que incluso actúa como intermediario en las operaciones que realiza para éste.
No hay que confundirlo con el comercial del banco que te vende tal o cual fondo o producto financiero. Ése también es un profesional y los hay muy buenos, pero su especialidad no es la de velar por tu dinero sino la de colocar ciertos productos financieros de interés para el banco a los clientes que pudieran estar interesados. Si se quiere un asesor financiero hay que ir a una asesoría, no a un banco.
Los asesores financieros trabajan normalmente en empresas dedicadas a la inversión y relacionadas con los mercados de valores. Se dedican a asesorar. Valoran la situación financiera del cliente, detectan sus necesidades, objetivos, plazos; les aconsejan con relación a inversiones y finanzas; desarrollan estrategias de inversión para ellos; llevan un registro y hacen seguimiento de las transacciones realizadas, buscan oportunidades para sus clientes … Y como especialistas que son, cobran por su servicio.
La otra opción es gestionar nosotros mismos nuestro patrimonio y ahorros.
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