
Como hemos dicho en el artículo anterior, hay que definir los objetivos financieros, los recursos y los plazos.
Ahora vamos a ver cómo vamos a gestionar nuestra capacidad de ahorro para rentabilizarla.
La opción de meter el dinero debajo del colchón no es viable, ya que no hacer nada es perder dinero. La liquidez se devalúa progresivamente con la inflacción. Así que, nos quedan tres gupos de instrumentos financieros con los que trabajar: los pagarés, los bonos y las acciones.
- Pagarés: renta fija de corto plazo.
- Bonos: renta fija de largo plazo.
- Acciones: renta variable. O lo que es lo mismo, invertir en Bolsa.
Sin entrar en otras consideraciones, como vivimos en el S XXI con la situación económica que tenemos, en la práctica no hay instrumentos financieros que nos permitan obtener rentabilidades reales en el corto plazo. Además, yo descartaría las imposiciones a plazo o las letras del tesoro; su rentabilidad real también es negativa.
Así que, por exclusión, nos queda la Bolsa y hay que soportar la volatilidad de los instrumentos si se quiere obtener retornos positivos.
A la hora de decidir dónde colocar el dinero, conviene que tengamos en cuenta este gráfico:
Obsevaréis que lo más rentable es con diferencia la renta variable, ya sea en empresas de gran capitalización (linea celeste) o de pequeña y mediana capitalización (línea azul).
Me podréis preguntar, bueno ¿y la inversión en inmuebles?
Pues os contesto, la evolución de la inversión en inmuebles estaría entre la linera celeste y la naranja. ¿A que no te lo esperabas? Además, tiene el inconveniente de que no es igual de ágil salir de una inversión en inmueble, que cerrar una operación de Bolsa. Si os interesa el tema aquí os he seleccionado un artículo muy interesante.
La conclusión es que lo más rentable a largo plazo es la inversión en Renta Variable. Y más, si es en empresas de mediana y pequeña capitalización. Respecto del corto plazo, lamentablemente está muy negro. No hay instrumentos que ofrezcan retornos reales, de modo que, también lo mejor es invertir en Bolsa. Pero hay que ser conscientes de que habrá que soportar volatilidades importantes, o resignarse a «perder capacidad financiera» en cualquier otro caso.
Pero ¿cómo hacerlo? Hay dos posibilidades, que lo hagáis vosotros mismos si os gusta el tema o hacerlo a través de fondos.
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