
Toda persona que comienza su vida adulta al incorporarse al mercado laboral, se plantea de algún modo cual es su objetivo en la vida. En este punto, es muy útil la planificación financiera. La gestión de los recursos propios es un proceso en el que se elabora un plan -financiero- integral, que nos permita alcanzar los objetivos -financieros- deseados. Igualmente, establecemos los plazos, los costes y los recursos que vamos a necesatar para que sea posible.
Para empezar, necesitamos ser conscientes de nuestra situcación financiera real actual para después, ver la viabilidad de nuestros objetivos financieros a corto, medio y largo plazo.
El proceso sería el siguiente:
- Necesitamos analizar nuestro balance financiero. Cómo estamos a principio y a final de año.
- Hay que hacer un presupuesto de nuestras necesidades económicas para definir aquellas que son ineludibles (hipoteca, alimentación…), las variables (viajes, ocio,…) y la capacidad de ahorro.
- Llevar un control de gastos porque si no, el dinero se va por las rendijas.
- Implementar un plan de jubilación.
A partir de aquí, hay que definir a dónde queremos llegar: qué queremos hacer, y cómo lo vamos a financiar y en qué plazo.
La primera pregunta, el qué, es un proceso personal de reflexión. Es el objetivo vital. Las otras dos, cómo y en qué plazo, es el objetivo financiero. Conociendo la primera el qué, estableceremos la segunda, el cómo y el plazo. Porque no es lo mismo para un hombre de 40 años planificar para la jubilación, que planificar para que los hijos puedan estudiar en el extranjero.
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